Park Weggis, un jardín japonés junto al lago Lucerna.

Conocido también como el lago de los Cuatro Cantones, el Lucerna es uno de los más hermosos de Suiza. También es verdad que gracias, especialmente, a la propia belleza de la ciudad que le da nombre, y es que es imposible no caer rendido ante la majestuosa postal del puente de la Capilla o su casco antiguo.

Es en ese entorno, en la pequeña localidad de Weggis, también a orillas del lago, donde se encuentra uno de esos cinco estrellas que han hecho suya la frase ‘no hay más lujo que la tranquilidad’. Y especialmente si se trufa de elegancia, estilo y un toque de exotismo. Todo eso es lo que ofrece el Park Weggis, un establecimiento perteneciente a la cadena Relais & Châteaux y que apenas cuenta con 32 habitaciones (desde 400 francos suizos) y 20 suites (desde 750 CHF).

Lo que más llama la atención de este hotel, además de sus bucólicas vistas sobre el lago, es su jardín japonés. En él se pueden admirar viejos bonsáis que comparten espacio con seis casas de campo de madera exótica y piedra natural reconvertidas en pequeños spas privados en la que los huéspedes pueden disfrutar de terapias cosméticas, baños individuales y sauna.

El hotel se encuentra en un edificio Art Nouveau que desde 1875 acoge a huéspedes de toda Europa, aunque en aquella época bajo el nombre de Hotel Bellevue. El jardín japonés y un pabellón de fiestas, así como el Sparkling Wellness Spa fueron añadidos tras una profunda reforma en 2002 que, a su vez, rebautizó el establecimiento, que no perdió su fachada Art Nouveau ni su embarcadero privado junto al lago, uno de sus atractivos, y que añadió una piscina cubierta poco después.

Como buen establecimiento de Relais & Châteaux, la gastronomía es un punto importantísimo. En este caso, gracias a sus tres restaurantes, entre los que destaca el Park Grill, con André Jaeger al frente. Hay que sumarles dos bares muy particulares: el Lalique Caviar bar, creado en colaboración con la famosa firma de cristalería francesa y platillos de caviar de ZwyerCaviar (funciona como piano bar y como club de cigarros habanos); y el Cointreau Beach Bar Lounge, toda una coctelería al aire libre junto al lago. Además, una bodega en el sótano que se puede reconvertir en restaurante privado.

La guinda la ofrece la posibilidad de hacer excursiones en su Chevrolet Impala de 1959. No hay mejor forma de disfrutar del lago Lucerna.