Marrakech: una escapada exótica en otoño.

Vamos a dejarnos encandilar por el misterio y el lujo de los Riad que, con acento español, nos proponen desde Rusticae.

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El otoño es un momento ideal si quieres disfrutar de una experiencia exótica y auténtica. Para ello en esta ocasión organizamos una escapada a Marrakech, ciudad perfecta para viajar lejos y cerca al mismo tiempo. Marruecos es una cultura rica en tradiciones y sabores que animarán nuestros sentidos y sin duda, no nos dejará indiferente. El bullicio de su Medina y la mezcla de olores y sabores, es lo que sin duda se quedará en nuestra memoria. Esos son los verdaderos souvenirs. Vamos a dejarnos encandilar por el misterio y el lujo de los Riad que, con acento español, nos proponen desde Rusticae.

Dar Justo es un verdadero Riad con encanto situado en el barrio del Mouassine junto a la famosa plaza Jemaa el-Fna declarada “patrimonio de la humanidad” por la UNESCO. La tranquilidad de la zona y su exclusivo Spa-Hammam nos garantiza que el relax estará también presente durante nuestra estancia. Aquí el confort está asegurado y tiene como base un proyecto pionero de sostenibilidad, apoyado en la energía termosolar, a través de la cual se obtiene calor “limpio” para diferentes fines como agua caliente, calefacción y hammam.

Otro Riad situado en plena Medina de Marrakech, y que nos encandila con su buen trato y toque auténtico es el Riad de la Belle Epoque. El hotel nos traslada a la época dorada de la Belle Epoque y sus habitaciones toman el nombre de grandes mujeres de la época: Isidora Duncan, Mata Hari o Coco Chanel, entre otras. La exclusividad y la exquisita decoración, con antigüedades y objetos de arte, es cosa de sus propietarios, Teresa y Víctor, un matrimonio español. Y no podemos pasar por alto la piscina y el jardín, dos elementos que se complementan y crean una atmósfera perfecta para disfrutar de los placeres que te brinda la vida.

El encanto que tienen los Riad en Marruecos es que te aíslan de la algarabía y crean un ambiente privado y relajante. Esto es lo nos ocurre también en el Riad Palacio de las Especias. Aquí los madrileños José e Higinio son quienes han sabido rehabilitar esta antigua casa del siglo XIX de la familia Echerid, recobrando así la esencia de Palacio que hoy en día podemos disfrutar. Para desconectar del ajetreado día, pero sin olvidar en donde estamos, las siete habitaciones reciben nombres de las puertas de Marrakech. Entre ellas, destaca la suite Bad Er-Raha, en la que podremos deleitarnos con un baño de especias en su bañera tradicional de hamman. Y mientras paseamos por el Riad, el murmullo de la fuente es la banda sonora que nos traslada a otro tiempo, a un pasado con el sabor de los tadjines o cous-cous que nos ofrecen en su restaurante.

Y para terminar nuestro recorrido por Marrakech, encontramos refugiado dentro de las murallas de la ciudad el exclusivo Riad Abracadabra. Son Inés y Bruno, catalanes, quienes compraron este antiguo palacete Derkaoui perteneciente a una familia de la aristocracia local. Tras dos años de restauración y utilizando materiales autóctonos han logrado crear un espacio mágico. Abierta al cielo, en la azotea, se encuentra una gran terraza con hamacas y sillones y un bar donde elegir el cocktel que más te guste. Y si prefieres puedes ir a este misma terraza a la hora del desayuno para ver amanecer en Marrakech.

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Una brújula que nos acerca a esos destinos, más o menos lejanos, que alguien, antes que usted ha tenido ya la suerte de pisar.

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