20 cabañas en el Valle de Guadalupe.

El Pacífico queda a la misma media distancia que la frontera con Estados Unidos, pero las impresionantes vistas del valle de Guadalupe, en Baja California, no permiten vislumbrar ni uno, ni otro. Tampoco se echa de menos, ya que en este rincón al sur de Tijuana se puede disfrutar de una de las escapadas más diferentes de todo el turismo mexicano, especialmente si nos acomodamos en el hotel Endémico, un ejercicio de diseño y arquitectura contemporánea sin igual.

Abierto desde el verano de 2012, este establecimiento pertenece a la cadena Design Hotels, lo que ya augura un concepto arquitectónico y de interiorismo muy particular. Pero, en este caso, rompe moldes. El complejo hotelero se compone de 20 cabañas repartidas por una de las lomas del Valle de Guadalupe, a pocos pasos de la pequeña localidad del mismo nombre en el interior de la península californiana.

Desde los grandes ventanales de cada una de estas cabañas se puede observar un paisaje casi desértico, con algunos viñedos que generan parte de la riqueza comercial de la zona. Se trata de habitaciones de gran lujo, separadas lo suficiente entre sí como para sentirnos completamente aislados de todo. El contacto con la naturaleza, por tanto, es constante y no hay más evocador o que invite a reflexionar que sentarse en el porche de cada una de ellas y dejar que la vista mire el horizonte.

El diseño del hotel tuvo muy en cuenta la insolación del valle, de ahí que se encuentre la mayor parte del día iluminado por el astro rey. También los rasgos mexicanos, por lo que se trabajó conjuntamente con artesanos locales y empresas de decoración de la zona para crear ambientes típicos, sin caer en lo folclórico. Es por ello que se utilizaron muchas maderas para muebles y estancias, tejidos orgánicos y piedra local para la construcción de la pequeña piscina del complejo.

Con la posibilidad de escaparnos en hora y media a San Diego si tuviéramos ‘sed de gran ciudad’, pernoctar aquí es posible a partir de 200 €/noche.