Diez películas para celebrar 100 cumpleaños de Olivia de Havilland.
Una decena de películas de regalo para Olivia de Havilland. Y para nuestras miradas, claro.
Cien años se dice pronto. Desde luego, infinitamente más pronto que cumplirlos. Y ahí está, la última superviviente del viento, ese que termina por llevarse todo. Ya no está Vivien Leigh, ni Clark Gable, ni Leslie Howard, todos ellos residentes ya en el cielo de Hollywood y en nuestros recuerdos con mayor o menor fortuna. Por no estar, no está ya ni su hermana y enemiga, Jean Fontaine, que al final terminó segunda en esa particular competición que mantenían las dos. Un siglo de recuerdos, de cine, de sueños, de películas. Un siglo de Olivia de Havilland.
Al final, va a ser verdad eso de que los japoneses viven más, aunque lo de que Olivia de Havilland naciera en Tokio en 1916 no fuera si no una casualidad más de la vida y en realidad ella (y su hermana) fuera inglesa de lo más. Aunque vaya a usted a saber, y algo en el aire de Tokyo aún la quede por esa sangre centenaria que sigue manteniéndola con vida, sobre todo para sus seres queridos, que para el resto del mundo ya está en ese limbo donde los actores que van cumpliendo años se mantienen cuando ya sólo recordamos sus películas y empezamos a pensar que se han ido, poniendo cara de sorpresa cuando nos confirman que siguen vivos.
En todo caso, cien años es una cifra más que redonda para felicitar a Olivia de Havilland, que hay civilizaciones que no han durado tanto. Y que mejor manera de hacerlo que echar un vistazo a un puñado de películas que ella nos regaló a nosotros. Y así terminamos todos contentos. Feliz cumplesiglo, señorita de Havilland. ¡Acción!
El Capitán Blood (Michael Curtiz, 1935)
El primer papel importante de la actriz y también primera película de las 8 que protagonizó con Errol Flynn. Ella era la amada ideal del aventurero: sufrida pero con carácter, bella con alma, fiel y dispuesta a todo por su amado, aunque este fuera el pendón desorejado de Errol Flynn.
Robin de los Bosques (Michael Curtiz, 1938)
De piratas a justicieros con calzas verdes. Lady Marian enamora a Robin Hood en una de las películas de aventuras más redonda que se ha estrenado. En todo el centro de la diana, oiga.
Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939)
Era practicamente imposible, pero Olivia de Havilland robó más de una escena a Vivien Leigh, a base de saber estar y de belleza serena. Es la única de los protagonistas principales de la película que muere en ella y, sin embargo, ha terminado por sobrevivirles a todos. Inolvidable.
Si no amaneciera (Mitchell Leisen, 1941)
Charles Boyer es un Don Juan sin escrúpulos. Olivia de Havilland una inocente maestra de escuela. Aquel tiene que enamorar a esta para conseguir entrar en Estados Unidos. Esta es tan buena y maravillosa que… que lo mejor es verla para ver lo que pasa. Un clásico a redescubrir.
Murieron con las botas puestas (Raoul Walsh, 1941)
Ahí está otra vez la parejita, él tan viril y decidido, ella tan serena y femenina. Y luego, claro, el Séptimo de Caballería, la mítica del oeste, Caballo Loco, West Point. Cine, puro cine…
A través del espejo (Robert Siodmak, 1946)
Lo que extrañaba no es que Olivia de Havilland apareciese por partida doble, por muy novedoso que fuera. Lo verdaderamente increíble es que fuera capaz de realizar un acto de maldad…
La Heredera (William Wyler, 1949)
Dramón donde los haya, cine del bueno, del de siempre. De Havilland es una solterona tirando a triste que cae enamorada de Montgomery Clift cuando este aún iba de galán de los de antes. El resultado es una de esas películas que siempre terminan por salir en las conversaciones de café sobre el cine.
Mi Prima Raquel (Henry Koster, 1952)
Si decimos que la película está basada en una novela de Daphne Du Marier, la escritora de Rebeca, ya estamos diciéndolo casi todo sobre ella, porque comparten interés y las bases del argumento, es decir, intriga, amor, asesinatos… y la curiosidad de que en Rebeca era la hermana de Olivia la protagonista. Como para comparar.
No serás un extraño (Stanley Kramer, 1955)
Él no la ama, pero ella sufre en silencio (como las…, buen, que sufre mucho) mientras intenta hacerle comprender que lo bueno sería que dejará de hacer el gilipollas y terminara enamorado. Si no hubiera existido Olivia de Havilland, la hubieran creado para el papel.
Canción de cuna para un cadáver (Robert Aldrich, 1964)
Peliculón de Robert Aldrich que guarda la que quizás fue la última gran interpretación de Olivia de Havilland, que además vuelve a interpretar a una mala mujer, aunque nos parezca mentira. Sei además anda por ahí ni más ni menos que Bette Davis… lo dicho, imprescindible.
