10 miradas sobre Marilyn

Puede que con ellos no tuviera la presión de actuar, de ser otra persona. Puede que fuera sólo Marilyn.

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De 1952 a 1962, el mundo estuvo a los pies de Marilyn. Diez años que hicieron de Norma Jean Baker un mito que sigue en vigor medio siglo después de su muerte. Todo el mundo intenta dar con la razón, con los mecanismos que expliquen su poder de seducción, con la sugestión que produce. Se han escrito libros, se han hecho películas, se ha hablado hasta la saciedad sobre Marilyn. Pero ni su vida, ni siquiera su muerte tienen una explicación que satisfaga a la mayoría. Para unos solo fue una chica triste que se escondía tras los focos, para otros una seductora nata que no supo digerir la fama. No importa. Quizás la única explicación válida es la que cada uno obtiene con la simple visión de sus películas. Y de sus fotos.

Porque Marilyn, muy por encima de cualquier otra estrella del cine, de los años anteriores a ella, de sus contemporáneos o de los que la siguieron, llegó a la cima gracias a sus fotógrafos. Desde sus comienzos como modelo y pin-up, desde la multitud de portadas de revistas, de calendarios, de anuncios, Norma Jean se convirtió en Marilyn. Fue desde el papel como enamoró primeramente a América. Tuvo una excelente relación con todos sus fotógrafos, y todos ellos hablaban maravillas de trabajar con ella. Puede que con ellos no tuviera la presión de actuar, de ser otra persona. Puede que fuera sólo Marilyn.

Su mejor amigo, Milton Greene, era fotógrafo, y su último trabajo, descartando su película inacabada, fue una sesión de fotos de tres días para Vogue, a cargo de Bert Stern, que nunca llegó a ver publicada. En el tiempo que transcurre entre aquellas primeras fotos como modelo aficionada en las playas de Malibú y esa última sesión del Beverly Hills Hotel, viven las imágenes que tenemos de ella, nuestras miradas. Las que nos entregan a la verdadera Marilyn.

André de Dienes 1 / 10

André de Dienes

Nacido en Transilvania en 1913, se traslada a Nueva York para realizar reportajes de moda en 1938. En el 44, se muda a California y conoce a una recién divorciada de su primer y efímero marido Norma Jean Baker, quien le confiesa que quiere ser actriz. Él viaja con ella por playas y paisajes y la hace fotos, y piensa incluso en casarse con la joven modelo de apenas 20 años.. Marilyn aún está escondida, y Norma Jean todavía tiene sueños y sonrie.

Earl Moran 2 / 10

Earl Moran

Norma Jean quiere ser actriz, pero el camino no es nada fácil. Miles de aspirantes tienen el mismo propósito y ganas que la joven californiana. El primer peldaño es trabajar como modelo para ilustradores y fotógrafos. Earl Moran es uno de los mejores con los que trabajará durante finales de los 40, posando para calendarios y revistas como pin-up.

Ed Clark 3 / 10

Ed Clark

En 1950, alguien le “sopla” a Ed Clark, un importante fotógrafo de la revista LIFE recién incorporado a la plantilla en California, la existencia de una joven y desconocida aspirante a estrella llamada Marilyn Monroe. El nombre no tardará mucho en ser conocido el todo el mundo, pero las fotos de aquella primera sesión se pierden en los archivos de la revista hasta ser rescatados más de 50 años después.

Earl Theisen 4 / 10

Earl Theisen

El duro trabajo comienza a dar sus frutos. Marilyn trabaja en pequeños papeles en películas como La jungla de Asfalto, Eva al desnudo y un puñado de comedias, y empieza a ser conocida en Hollywood. Los fotógrafos de los estudios, como Earl Theisen para la Fox, afinan sus objetivos para llevar su nombre y su imagen a todos los rincones del país.

Milton Greene 5 / 10

Milton Greene

Marilyn Monroe y Greene se conocen a mediados de los años 50, cuando la carrera de Marilyn ya ha despegado. Se convierten en amigos íntimos e incluso Marilyn convive con él y su mujer cuando se traslada a Nueva York. Milton fotografía a Marilyn en 53 sesiones, algunas de cuyas imágenes se convierten en las más icónicas y señaladas de la actriz.

Sam Shaw 6 / 10

Sam Shaw

Sobrepasada la primera mitad de los años 50, Marilyn se ha convertido en una estrella. Sin embargo, su vida personal dista mucho de ser perfecta. El fotógrafo Sam Shaw la acompaña en sus días con Arthur Miller, que terminará siendo un eslabón más en la pesada cadena que parece arrastrar la actriz en la intimidad.

Ed Feingersh 7 / 10

Ed Feingersh

Aunque nacida en California, a Marilyn la fascina Nueva York. En parte porque siente menos la presión que supone ser una estrella y en parte porque allí está el Actor’s Studio de Strasberg, que sacia su sed de aprender el oficio de actriz. Ed Feingersh la acompaña unos días en la ciudad de los rascacielos y consigue unas de las más bellas fotografías de la rubia de oro.

Henri Cartier Bresson 8 / 10

Henri Cartier Bresson

Corre el año 61 y definitivamente algo está roto en el alma de Marilyn. Durante la presentación de la que a la postre será su última película, Vidas Rebeldes, el genio francés Henri Cartier Bresson capta perfectamente lo que hay detrás de la tímida sonrisa de Marilyn, con la mirada perdida y un aire de bella tristeza.

Eve Arnold 9 / 10

Eve Arnold

El rodaje de Vidas Rebeldes en Nevada es un infierno, tanto por las condiciones de rodaje como por la tormentosa relación de Miller y Marilyn, sin solución ninguna. Todo parece precipitarse mientras la fotógrafa de la agencia Magnum, Eve Arnold, retrata a Marilyn en su soledad pensativa en medio del desierto.

Bert Stern 10 / 10

Bert Stern

2571 fotografías. Tres días de junio de 1962. La habitación 261 del Hotel Berverly Hills de Hollywood. Esos son los números de “The Last Sitting”, como se conoce a la la última sesión fotográfica que realizó Marilyn Monroe al otro lado de la cámara de Bert Stern, que trabajaba para Vogue

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