Victoria I, Reina del Reino Unido y abuela de Europa. Biografía, citas, frases.

Victoria I, Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y Emperatriz de la India nació en Londres el 24 de mayo de 1819.

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Su reinado fue el más longevo de la monarquía británica hasta la llegada de la incombustible Isabel II, ahora es el segundo más largo… Pero esa no es la razón por la que la Reina Victoria I es recordada como la abuela de Europa, el motivo es un tanto más realista y menos prosaico: tuvo 9 hijos y 42 nietos, 26 de los cuales se casaron con miembros de otras casas reales europeas, razón por la que la Victoria I, Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda y Emperatriz de la India era, además, la abuela de la realeza europea.

El de abuela de de Europa fue un título recibido pero ella dió otro mayor, toda una época en la historia de Gran Bretaña, la Era Victoriana, un tiempo largo y próspero en el que Inglaterra fue, en gran medida, locomotora del mundo, y es que la Victoria I, en el trono desde los 18 años, reinó sobre la industrialización (que tuvo su origen en Inglaterra) y sobre todo el Imperio Británico llegando a ser proclamada Emperatriz de la India. Fue también la primera cabeza coronada europea que reinaba sin gobernar pero, a pesar de ello, su influencia en la vida política y social de su tiempo es innegable, tanto como sus ideas conservadoras, su regia moral y su imponente presencia que era la de una mujer físicamente poco agraciada -era de baja estatura y tenía exceso de peso- pero de una personalidad arrolladora.

Nació en Londres, en el Palacio de Kensington, residencia real que lo fue posteriormente de la Princesa Diana de Gales hasta su muerte y que lo es hoy también de los Duques de Cambridge; no contaba más de 10 años cuando supo que, por aquello de los avatares del árbol genealógico y la falta de descendencia de los hijos de su abuelo Jorge III, ella sería reina; su respuesta al conocer la noticia a tan corta edad fue la propia de una mujer de su carácter: ‘seré una buena reina.

Otra de las anécdotas reveladoras del imponente carácter de la reina sucedió cuando contaba tan solo 18 años y acababa de ocupar el trono: una de sus primeras decisiones fue alejar a su dominante madre de su persona, lo suyo fue algo así como una emancipación coronada: preguntó si podía hacer lo que le viniese en gana, le respondieron que sí y, un día más tarde, pidió que retiraran la cama de su madre de la alcoba que compartían.

Victoria I, ya reina, se casó con el príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha en lo que fue un matrimonio concertado según los intereses de la corona pero que derivó en una unión feliz en lo profesional -Alberto se convirtió en un consejero excepcional, hay historiadores que no sólo afirman que dio dimensión al puesto del consorte sino que fue el rey en la sombra- y en lo personal formaron una feliz familia numerosa de 9 hijos.

Victoria I y el Príncipe Alberto, con su inteligencia política y su dimensión humana, supieron acercar la monarquía al pueblo de modo que se hicieron perdonar los pecados de sus predecesores, que no habían sido pocos, y así también Gran Bretaña fue grande por su corona.

Los momentos más duros de su vida llegaron con la muerte de su madre y su marido en el mismo año -para bien o para mal, ellos habían sido los dos grandes guías de su vida, antes de su coronación ella y después él-; vistió a partir de entonces riguroso luto pero siguió ejerciendo como reina con la misma majestuosidad y acierto de siempre, mostrándose más partidaria de los conservadores pero respetando en todo momento el papel del parlamento. Fue durante esta última época de su reinado cuando el Imperio Británico vivió sus años más célebres porque, hasta la I Guerra Mundial, el Reino Unido era con diferencia la primera potencia europea y mundial.

En 1901 la reina Victoria I, tras el reinado más largo de la historia de las monarquías europeas, se despedía del mundo dejando a los ingleses, en cierto modo, huérfanos porque no habían conocido más reina que a ella. Su sucesor fue su hijo Eduardo VII.

Sus Citas y Frases célebres

  • No estamos interesados en las posibilidades de ser derrotados. No existen.
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    “No estamos interesados en las posibilidades de ser derrotados. No existen.”

    We are not interested in the possibilities of defeat. They do not exist.

  • No fracasaremos - sólo tendremos éxitos y nuevos aprendizajes.
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    “No fracasaremos - sólo tendremos éxitos y nuevos aprendizajes.”

    We will not have failure - only success and new learning.

  • Creo que la gente realmente se casa demasiado; el matrimonio es, al fin y al cabo, una lotería y, para una mujer pobre, una felicidad muy dudosa.
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    “Creo que la gente realmente se casa demasiado; el matrimonio es, al fin y al cabo, una lotería y, para una mujer pobre, una felicidad muy dudosa.”

    I think people really marry far too much; it is such a lottery after all, and for a poor woman a very doubtful happiness.

  • Cuando pienso en una niña alegre, feliz y libre, y veo el estado enfermo y dolorido al que una joven esposa suele estar condenada - lo que no se puede negar es la pena (condena) del matrimonio.
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    “Cuando pienso en una niña alegre, feliz y libre, y veo el estado enfermo y dolorido al que una joven esposa suele estar condenada - lo que no se puede negar es la pena (condena) del matrimonio.”

    When I think of a merry, happy, free young girl - and look at the ailing, aching state a young wife generally is doomed to - which you can't deny is the penalty of marriage.

  • Me atrevería a advertir contra la intimidad excesiva con los artistas, ya que es muy seductor y un poco peligroso.
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    “Me atrevería a advertir contra la intimidad excesiva con los artistas, ya que es muy seductor y un poco peligroso.”

    I would venture to warn against too great intimacy with artists as it is very seductive and a little dangerous.

  • La mayor máxima de todo es que los niños deben ser educados de la manera más sencilla y hogareña posible y que (sin interferir con sus lecciones) deben estar la mayor parte del tiempo posible con sus padres y aprender a confiar en ellos para todo.
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    “La mayor máxima de todo es que los niños deben ser educados de la manera más sencilla y hogareña posible y que (sin interferir con sus lecciones) deben estar la mayor parte del tiempo posible con sus padres y aprender a confiar en ellos para todo.”

    The greatest maxim of all is that children should be brought up as simply and in as domestic a way as possible, and that (not interfering with their lessons) they should be as much as possible with their parents, and learn to place the greatest confidence in them in all things.

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