El Grande Da Dong, como es internacionalmente conocido, crea un interesante menú festivo. El Adriá chino celebra su año nuevo en el Palace.

Dong Zhenxiang, gran abanderado de la diversa cocina del país oriental, muestra en el hotel madrileño parte de su arte en un menú hasta el 6 de marzo.

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La comunidad amarilla está de enhorabuena. La occidental, la verdad, también. Es una suerte empaparse, cada vez más, de tradiciones extranjeras. Una experiencia siempre enriquecedora, didáctica, divertida y, ahora también, sabrosa.

Año a año, la festividad china de la primavera (su año nuevo, regido por el calendario lunar) se acerca con mayor fuerza a España y a Madrid como capital. Se prolonga desde el primer día del mes lunar (en este caso el pasado 8 de febrero) hasta el quince, cuando se celebra el icónico festival de los faroles. Estos días provocan una de las mayores migraciones masivas del planeta, son fechas de reencuentro con la familia, de estar con los más cercanos.

El conocido como el Ferrán Adriá chino por su relevancia internacional, el cocinero Dong Zhenxiang, el Grande Da Dong, ha emprendido el rumbo al lado contrario del planeta y ha decidido festejar su entrada en el 4714, el del mono de fuego, con nosotros. Concretamente, en uno de nuestros establecimientos más emblemáticos, el Westin Palace y su restaurante La Rotonda.

Lo hace trayendo gran parte de su buen hacer a las cocinas del hotel con un menú que se podrá disfrutar hasta el 6 de marzo, una degustación de siete platos con la que pretende no solo desearnos una feliz salida y entrada de ciclo, sino acercar su extensa cultura y tradiciones a nuestros gustos con su vanguardista estilo. La propuesta se enmarca dentro de “China Taste”, la acción que agrupa los esfuerzos, en este sentido, de la Embajada de la República Popular de China en España, el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad de Madrid.

Lo que se sirve sobre las mesas apetece con tan solo leerlo: Costillas de cerdo agridulces sobre un río nevado (una imagen muy navideña), langostinos salteados con  una exquisita salsa de jengibre, sopa de huevas de choco (una centenaria receta), deliciosa col estofada con castañas en salsa de azafrán o un inevitable surtido de dim sum para atraer la fortuna con su forma de moneda.

La participación en esta fiesta gastronómica (a un precio de 60 euros por comensal) cuenta, además, con el gran valor añadido de la colaboración con la ONG “Mensajeros de la Paz”: parte de lo recaudado se destinará al comedor social infantil de la entidad. Una vez más, cultura, gastronomía y buenos propósitos se dan la mano.

Localización

Saborear

Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.

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