Champiñones rellenos. Receta paso a paso.

Con jamón, queso, huevo de codorniz y un toque de trufa negra.

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Preparar estos champiñones rellenos no presenta ninguna dificultad. Quedan muy jugosos y la mezcla de sabores hacen que sea un bocado exquisito. Además, para aquellos que no sois muy consumidores de los huevos de codorniz, debéis saber que su valor nutricional es mayor que el de los huevos de gallina y a los más pequeños de la casa, les encantan. Se asombran y sonríen cuando los ven en sus platos tan chiquititos.

Cuando compréis el champiñón, procurad que sean grandecitos y frescos. Han de tener un color blanco, y un aspecto terso. Si no los vais a consumir en el día, volcarlos en un recipiente haciéndoles una cama con papel de cocina, abajo y arriba, para que la humedad que producen sea absorbida por el papel, de ésta manera evitaréis que se oxiden y se oscurezcan.

Del champiñón se dice, que es un alimento poco nutritivo, pero no es del todo cierto, ya que su riqueza en potasio, selenio, fósforo, y vitaminas del grupo B, están muy presentes en este alimento, ayudando a nuestro cuerpo a proteger las células, eliminar líquidos y calmar el estrés.

Una deliciosa receta que os invito a que preparéis. ¿Comenzamos?

Receta paso a paso: Champiñones rellenos.

por: Margarita García

Con jamón, queso, huevo de codorniz y un toque de trufa negra.

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Ingredientes para cuatro personas: 12 Champiñones grandecitos – jamón York – jamón ibérico – 12 huevos de codorniz – 4 lonchas de queso de cabra – aceite y trufa negra.

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En primer lugar lavamos el champiñón suavemente en agua tibia, cortando parte del tallo que ha estado en contacto con la tierra. El resto del tallo lo arrancamos haciendo un poquito de presión hacía los lados. Como nuestro champiñón es muy fresco, saldrá sin ninguna dificultad.

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En una sartén asadora ponéis una cucharada de aceite y la extendéis bien por toda la base. Os dejará un dibujo rayado en el champiñón muy bonito. (Sino tenéis, usar una sartén corriente)

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Con la sartén muy caliente ponemos boca a bajo los champiñones durante 2 ó 3 minutos, sin moverlos. Añadir también los tallos.

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Les damos la vuelta, y añadimos el picadito de jamón York y de ibérico.

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Con una taza o vaso que tenga el diámetro aproximado del champiñón, cortamos las lonchas de queso.

El queso de cabra, le da un sabor especial, aunque algo fuerte. Si preferís uno más suave, podéis optar por un queso de vaca o de oveja, también quedarán exquisitos.

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Cubrimos el champiñón como veis en la fotografía y lo dejamos al fuego unos 3 minutos.

Observad los tallos y darles la vuelta de vez en cuando para que no se os quemen.

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Como las placas de vitrocerámica conservan el calor por más tiempo, pasados los tres minutos podéis apagarla. Lo tapáis y dejáis que el queso se derrita. De esta manera también ahorramos energía.

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Una vez fundido, los retiramos a una fuente.

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Para freír los pequeños huevos de codorniz, coger una sartén antiadherente y añadir unas gotas de aceite. Si tenéis un cortador de aluminio del diámetro del champiñón lo introducís en la sartén y dentro ponéis el huevo. Si no tenéis, sencillamente debéis ir dando forma redonda con una espátula, no dejando que la clara se extienda en exceso.

Para partir estos huevos, debéis usar un cuchillo afilado. Hacéis una incisión e introducís un poquito la punta (no mucho para no romper la yema) y continuáis haciendo un corte hasta que quede una apertura que nos permita abrirlo con los dedos pulgar e índice.

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Colocáis los huevos encima del champiñón con mucho cuidado para que no se rompa la yema.

Son tan ‘monos’…. ¡me encantan!

Como paso final rayáis por encima un poquito de trufa al gusto.

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Y voilá… un plato jugoso y muy sabroso que espero disfrutéis.

Ingredientes

  1. Ingredientes para cuatro personas
  2. 12 Champiñones grandecitos – jamón York – jamón ibérico – 12 huevos de codorniz – 4 lonchas de queso de cabra – aceite
  3. trufa negra.

Saborear

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