Romanesco con quinoa y crema de setas portobello. Receta paso a paso.

El romanesco, una crucífera desconocida para muchos, tiene excelentes cualidades nutricionales y es mucho más fácil de digerir que otras variedades de col.

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Estamos en plena temporada del verde y picassiano romanesco, un híbrido de brócoli y coliflor. Su sabor delicado, algo más suave que el de sus progenitores, está perfectamente equilibrado. Su textura entre firme y cremosa, dependiendo del punto de cocción que le deis, es sensiblemente maravillosa y agradable al paladar.

Seguro que muchas veces habréis visto a esta crucífera presumir en los puestos de los mercados. Su color verde intenso, su forma tan piramidal como extravagante, sus inflorescencias agrupadas formando estructuras cónicas,  hace que muchos la denominen la verdura extraterrestre o alienígena.

Para nosotros, el romanesco es relativamente nuevo, ya que aquí empezamos a comercializarla en la época de los 80, pero los primeros datos que tenemos de su presencia en la gastronomía datan del siglo XVI en la bella Italia.

Pues bien, ahora que conocéis algo más de esta original verdura, vamos abrir el abanico de piropos a otra semilla, también relativamente nueva entre nosotros: la quinoa. Rica en vitaminas B y E, contiene un porcentaje elevado en fibra y es generosa en minerales, entre los que destaca el magnesio, el calcio, el hierro o el zinc. También es perfecta para incluir en la dieta de personas celíacas, ya que no contiene gluten.

Un truco para que en vuestros platos predomine el sabor de la quinoa , es que después de lavarla y antes de cocinarla, pasarla por la sartén para tostarla durante unos minutos, de esta manera su sabor será muchos más intenso y personal.

Ahora sí, ahora ya estáis listos para preparar este sabroso, original y saludable romanesco con quinoa y crema de setas portobello.

 

 

Receta: Romanesco con quinoa y crema de setas portobello.

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    Cortamos en ramilletes el romanesco y lo cocinamos al vapor hasta que este tierno pero al dente.

  • 2 / 8

    En la cazuela donde preparemos la quinoa ponemos una fina capa de aceite de oliva y rehogamos el puerro. Cuando comience a suavizarse, es decir, a brillar, incorporamos la cebollitas baby y removemos.

  • 3 / 8

    Ahora un buen puñado de cebollino que nos va a regalar su sabor fresco y personal.

  • 4 / 8

    Lavamos la quinoa en un colador hasta que el agua salga limpia y añadimos.

  • 5 / 8

    Seguidamente verter el agua.

  • 6 / 8

    Sabrás que la quinoa está lista cuando empiecen a salir en la superficie pequeños volcanes.

  • 7 / 8

    Momento de limpiar con un paño las setas portobello, las cortamos en laminas y cocinamos durante 4-5 minutos en una sartén con un par de cucharadas de aceite de oliva, sal y pimienta. Cuando estén doradas pasamos el resultado por un batidora y reservamos.

    Si os queda muy espesa podéis añadir caldo de pollo o un poquito de agua hasta conseguir la textura deseada. Los líquidos que pueda necesitar una crema, siempre es mejor incorporarlos al final.

  • 8 / 8

    Presentar la quinoa con unos ramilletes de romanesco y la suave crema de setas portobello.

Los ingredientes para 4 personas

  1. 1 romanesco
  2. 1 puerro
  3. 10 cebollitas baby
  4. 1 manojo de cebollino
  5. 200 gramos de quinoa
  6. 300 gramos de setas portobello
  7. aceite de oliva
  8. sal
  9. pimienta.

Saborear

Directos al paladar. Productos tan deliciosos como difíciles de encontrar “cocinados” o embotellados, en series limitadas, bajo la vigilancia de los expertos más selectos.

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