Un velero en la muñeca, por Ulysse Nardin.

Se trata de un nuevo reloj de la coleccion Marine Chronometer de Ulysses Nardin.

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La relación de Ulysse Nardin con la navegación viene de tan lejos como sus orígenes, en 1846. Suyas son piezas tan impresionantes e innovadoras como el Astrolabium, el Planetarium Copernicus o el Tellurium Johannes Kepler. En 1983 la marca fue reflotada por el genio de Rolf Schnyder quien junto a Ludwig Oechslin –también conocido como Mr. Silicon, fueron los precursores del empleo del silicio en relojería.

Hoy, la manufactura, integrada en el grupo Kering, lanza una pieza tan audaz como aquéllas con las que despuntó siglos atrás: Grand Deck Marine Tourbillon.

Editada en tan solo 18 piezas y con una esfera literalmente inspirada en la cubierta de un velero, la nueva pieza de la colección Marine Chronometer presenta una complicación de gran calado cuya tecnicidad ha sido resuelta con una estética magistral. El desarrollo de la pieza se inició antes del fallecimiento de Rolf Schnyder y ha precisado cinco años de trabajo en colaboración con Christophe Claret. El resultado: un reloj para los fanáticos de la alta relojería, apasionados por el mundo de la náutica .

La pieza se presenta en caja de oro blanco de 44 mm, sumergible a 100 metros, y su esfera está realizada en madera de teca. Su acabado artesanal recuerda el puente de un barco, mientras la botavara en aluminio azulado apunta a una larga banda en espinela azul –el indicador de minutos- trazando una pasarela translúcida entre las 3 y las 9 horas. El cable que guía la botavara se enlaza sobre cuatro poleas fijadas por tornillos azulados.

La esfera está decorada con pequeños pasamanos y cables decorativos tendidos en la parte superior, un sutil guiño al universo náutico. El logo de Ulysse Nardin, ubicado entre dos gallardetes náuticos de señales correspondientes a las letras U y N, rinde tributo a los históricos cronómetros de marina realizados por la manufactura.

Un trabajo de marquetería artesanal que se completa con múltiples referencias al mar. Desde la parte superior se sostienen nanocables para indicar los minutos retrógrados, mientras que las horas saltantes se muestran en dos ventanillas. El nanocable que tira de la botavara mide apenas 0.0357 mm de diámetro y puede soportar hasta 1,41 kg en tracción sin extenderse. Compuesto por fibra Dyneema en polietileno (usado para los aparejos en veleros), es varias veces más resistente que el acero.

Esta pieza está accionada por un movimiento manual, calibre UN-630, provisto de un tourbillon volante de 60 segundos (ancla Ulysse Nardin incluida) y de dos barriletes, uno para el movimiento y el otro para la indicación del tiempo.

Lucir

Accesorios ideados con el fin de resultar absolutamente adictivos. Joyas, bolsos, sombreros, gafas o zapatos que nos enganchan al primer vistazo.

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