Cronógrafos míticos.

La medición del tiempo y su fragmentación en centésimas o milésimas de segundos ha preocupado a lo largo de la historia a todas las marcas relojeras que, desde sus orígenes –como es el caso de Montblanc y TAG Heuer, que en los años 1920 eran líderes en la fabricación de instrumentos cronométricos- o en un pasado más reciente –Chopard, en los años 1990-, sienten la necesidad de calcular las acciones humanas en mini intervalos de tiempo. Aunque la lista en cronógrafos es muy extensa, nos centramos solo en algunos ejemplos para dar idea de la precisión y, por supuesto, la belleza, de esas piezas que nos impulsan a cronometrar nuestros momentos más intensos y veloces…

El cronógrafo TAG Heuer Monza celebra cuatro décadas. Recuerda el momento histórico cuando, en 1976, Jack Heuer, bisnieto del fundador de la firma, diseñó un cronógrafo para celebrar el primer título de campeón del mundo de Niki Lauda con Ferrari. La marca era entonces cronometrador oficial de la escudería y la inscripción Monza apareció por primera vez en la esfera de un reloj. Desde entonces, su caja tipo cojín, inspirada en un modelo de 1925, ha sido un icono del reloj deportivo. La reedición de 2016, TAG Heuer Heritage Monza, recupera las dos funciones clave del reloj con pulsómetro y escala taquimétrica y el tipo de letra original.

Chopard fue una de las primeras firmas en asociarse con el mundo del motor. En 1988 se convierte en patrocinador y cronometrador oficial de la carrera Mille Miglia, conocida como la carrera más bella del mundo. A partir de ahí la firma lanza una serie de relojes codiciados por todos los amantes de los dos universos mecánicos por excelencia. Este año el homenaje toma forma en el Mille Miglia 2016 XL Race Edition, una edición limitada a 1.000 piezas de acero y 100 de oro rosa con un motor único: el calibre Chopard 03.05-C, movimiento cronógrafo, certificado por el COSC.

Dentro de la nueva colección Montblanc 4810 no podía faltar un cronógrafo. El modelo Montblanc 4810 Chronograph Automatic está en total armonía con el códice de diseño característicos de la firma, que combina elegancia y modernidad con su caja de acero de 43 mm, su elegante esfera guilloché en blanco plateado, la estrella Montblanc y números romanos bañados en oro rojo. Un toque de elegancia y distinción impreso por una firma multimarca que está dando a la relojería un impulso de dimensiones planetarias.